Úrsula Hilaria Celia de la Caridad Cruz Alfonso, conocida como Celia Cruz, fue una cantante Cubana-Estadounidense, y un ícono de la música Latina en el siglo XX. Nacida el 21 de Octubre de 1925 en la Habana, Cuba. Hija de Simón Cruz, quién era fogonero ferroviario, y su madre, Catalina Alfonso era ama de casa.
Sus Inicios
En 1940, Cruz ganó un concurso de canto llamado “La hora del té”. Su madre quería que participara en otros concursos similares pero su padre insistió en que se convirtiera en maestra, una de las profesiones más comunes entre las mujeres cubanas de la época.
Cruz entró a la universidad con el propósito de complacer a su padre, pero había cantado para estaciones de radio locales y estaba empezando a ganar popularidad por lo que abandonó sus estudios y entró en el Conservatorio Nacional de Música de la Habana, donde uno de sus profesores la convenció de que persiguiera una carrera de cantante de tiempo completo.
Su Carrera Musical
Celia Cruz grabó su primera canción en 1948, en Venezuela y en 1950 saltó a la fama cuando se convirtió en la cantante principal de la popular orquesta cubana Sonora Matancera. En ese tiempo se le conocía por cantar guarachas, un estilo de música cubano, que la popularizó como “La guarachera de Cuba”.
En un principio, el público no creyó que podría estar a la altura de tal posición y que como mujer, no podría vender discos de salsa, más contrario a las expectativas de todos, Celia Cruz impulsó a la orquesta a un nuevo nivel de fama internacional. Durante esos años hicieron giras en América Central y América del Norte.
Fue en esos tiempos que acuñó su frase personal “¡Azúcar!” y comenzó a usarla como interjección en sus canciones.
Su vida fuera de Cuba
En 1959, mientras Sonora Matancera se presentaba en México, sucedió la Revolución Cubana y Fidel Castro asumió el poder. Los miembros del grupo decidieron continuar hasta Estados Unidos en lugar de volver a su país natal. Además, durante sus presentaciones, rechazaron públicamente las acciones de Castro y su propuesta de régimen socialista.
Debido a todo esto, fueron oficialmente exiliados de Cuba por el gobierno y se les prohibió regresar.
En 1961, Cruz y su pareja, Pedro Knight, ex trompetista de Sonora Matancera, se establecieron en Nueva Jersey para unirse a la floreciente escena musical latina del área de Nueva York.
La Genialidad de Celia Cruz
Celia Cruz llegó a dominar una amplia variedad de estilos de música afrocubana, incluidos rumba, afro, son y bolero, y grabó numerosos sencillos en estos estilos para Seeco Records.
Después de quince años con la Sonora Matancera, Cruz se lanzó por su cuenta como solista en 1965. Aunque al principio no era lo bastante conocida en Estados Unidos, más allá del público Latino, esto cambió cuando comenzó a colaborar con Tito Puente, ampliando su audiencia.
Puente era una figura muy conocida en toda Latinoamérica. Como la nueva cara de su banda, Cruz adquirió nuevos fans que apreciaban su energía y excentricidad. Fue entonces que grabó una de sus canciones más populares “Bemba colorá”.
En los setenta firmó para Fania Records y se asoció de cerca con el género de salsa, lanzando su nuevo éxito “Quimbara.” Continuamente hizo presentaciones en vivo con Fania All-Stars, como la única miembro femenina, e hizo colaboraciones con Johnnie Pacheco y Willie Colón. Todo esto le concedió el título internacional a Celia Cruz de “La Reina de la Salsa”.
Además de cantar, Cruz tuvo roles en películas y telenovelas.
En la cima del Éxito
Con su voz vibrante y bien entrenada, Celia Cruz continuó grabando canciones a lo largo de los setenta y ochenta, e incluso después. En ese tiempo lanzó más de 75 discos, incluyendo 23 discos de oro.
También recibió numerosos premios y distinciones, incluyendo su primero de dos Grammys que ganó en 1990 con su álbum “Ritmo en el corazón,” una colaboración con Ray Barreto. También ganó tres Latin Grammys, además de una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood.
Debido al Fondo Nacional de las Artes, obtuvo la Medalla Nacional Estadounidense de las Artes por el.
Un gran legado
Durante los últimos años de su carrera, Cruz continuó lanzando canciones exitosas tales como “La vida es un carnaval” y “La negra tiene tumbao”. Su legado musical, comprende una larga trayectoria de 40 años.
Celia Cruz murió de cáncer cerebral en Nueva Jersey, el 16 de julio de 2003, a los setenta y siete años de edad. Cruz continúa siendo uno de los íconos más amados de la música Latina por lo que también recibió un Grammy póstumo a la trayectoria y será recordada por el resto de la historia musical.
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