Moussa Diarra es el hombre de 57 años que se encontraba trabajando en el estacionamiento, que fue confrontado por un presunto ladrón identificado como Charles Rhodie de 59 años, ambos involucrados en un caso que no queda claro.
Según lo que indicó Moussa Diarra, este se encontraba en el estacionamiento como de costumbre, cuando alrededor de las 5:30 a.m., un hombre se le acercó con un arma, con la que este pudo maniobrar para dispararle al sujeto con su propia pistola.
Ambos fueron acusados por intento de asesinato, pero después los fiscales decidieron no continuar con el caso hasta que se obtenga una información más clara acerca de lo que sucedió.
¿Qué fue lo que sucedió en este caso?
Los hechos ocurrieron el día sábado en el estacionamiento de W. 31st St. cerca de Eighth Ave., cuando supuestamente Rhodie apuntó a Moussa Diarra con un arma, disparando un total de cuatro veces, dándole en el estómago, aunque una de las balas le rozo la cabeza.
Por su parte Moussa Diarra intentó quitarle el arma y con ella le disparó dos veces, dándole en el área del pecho según informó la policía al Daily News.
Ambos hombres fueron llevados al Hospital Bellevue, en donde fueron atendidos, y se encuentran en una condición estable después de haber intercambiado disparos.
El abogado de Diarra, Charles Clayman dijo que “Alguien estaba ilegalmente en el garaje. Hizo que se fuera, el tipo sacó un arma y se produjo una pelea”. También añadió que “Moussa trató de protegerse a sí mismo y a todos los que estaban alrededor”.
Lo que desató los hechos
En el mismo Daily News se informa que Moussa junto con otro trabajador del estacionamiento vieron que Rhodie estaba mirando sospechosamente los autos que se encontraban en el lugar.
Es por ello que Moussa Diarra quiso que el sujeto saliera del lugar, llevándolo por las escaleras hacia la calle, en donde ocurrió el altercado cuando el arma fue sacada para dispararle al trabajador.
Por suerte, ambos están bien, y se podrá esclarecer la situación, uno para que continúe con sus labores, y el otro para que pague por su crimen, y es que no es de extrañar estas situaciones, sabiendo que existe un gran problema de armas en New York, en donde a diario ocurren lluvias de balas que dejan heridos y muertos a su paso.