Brasil – De los 212 millones de habitantes que tiene el país, cerca del 30% vivió en la pobreza o en la pobreza extrema en el año 2021. La principal economía de Latinoamérica alcanzó este récord apenas en el segundo año de pandemia.
En 2021, la proporción de niños menores de 14 años que están debajo de la línea de pobreza alcanzó un 46,2%, siendo este un dato alarmante.
Desde que se iniciaron registros en el país en 2012, estos números y porcentajes son los más altos que ha tenido el país, indicó el organismo.
Si comparamos los datos de 2021 con los datos de 2020, la diferencia es sencillamente dramática, pues, la pobreza aumentó un 22,7%; por otro lado, la pobreza extrema avanzó un 48,2%.
Sobreviviendo a la pobreza con menos de 5,5 dólares por día
Los datos del IBGE (Instituto Brasileiro de Geografía y estadística) son basados en los criterios del Banco Mundial, el cual considera pobres a aquellos que sobreviven con menos de 5,5 per cápita al día, y considera muy pobres a aquellos que sobreviven con menos de 1,9 dólares per cápita al día.
En 2021, la recuperación del mercado laboral no fue suficiente para revertir las pérdidas de 2020. Sumado a esto la reducción en los montos de ayudas de emergencia ayudan a explicar este resultado, explicó André Simões, analista de investigación del IBGE.
En los datos también se revela la gran desigualdad racial y geográfica que aún persiste en el gigante sudamericano.
La proporción de pardos y negros que se encuentran por debajo de la línea de pobreza fue de 37,7%, cifra que casi duplica a la de la población blanca (18,6%).
Los estados más pobres de Brasil, los del norte y los del noreste, fueron los que registraron la mayor proporción de pobres, con cifras de 44,9% y 48,7% respectivamente, representando valores muy por encima de los estados del sudeste (20,6%), estados en los que figuran los más poblados (Rio de Janeiro, Minas Gerais y Sao Paulo), y de los del sur (14,2%).
Para la victoria electoral del izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, los estados más pobres fueron decisivos, el izquierdista marcó como su prioridad número 1 combatir la pobreza cuando asuma la presidencia por tercera vez el próximo 1 de enero.
Sus mandatos anteriores, entre 2003 y 2005, tienen reconocimiento nacional en internacional por su trabajo en la inclusión social, haciendo uso de programas de transferencia de renta y otras ayudas, las cuales ayudaron a decenas de millones de brasileños a salir de la pobreza, gracias al resurgimiento de las materias primas.
Medidas similares son necesarias el día de hoy, para evitar futuros donde la pobreza extrema y la insanidad terminen deteriorando la calidad de vida de los habitantes, como ha ido ocurriendo en otros países de la región.