Indonesia – el Parlamento aprobó una extensa reforma del código penal que incluye la prohibición del sexo fuera del matrimonio y la apostasía, además de los insultos al presidente, entre otros cambios que se denunciaron como antidemocráticos por la ONG y grupos civiles del país.
Según Alif Nurwidiastomi, de la Fundación para la Ayuda Legal de Indonesia; Indonesia es el país que más musulmanes tiene en el mundo y cuya tradición es muy liberal. A pesar de eso la reforma que llevaba décadas discutiéndose y que ha generado múltiples protestas en el país, vio su aprobación y respaldo por el Parlamento.
Entre las cláusulas más criticadas, está la antes mencionada que prohíbe el sexo fuera del matrimonio en cualquiera de sus formas con un año máximo de prisión. Asimismo, los insultos que se generen al presidente será castigados con un máximo de tres años de prisión, conjunto a la ilegalización de la apostasía en el país.
Luego de la aprobación de esta reforma, se apresurará un periodo de uno o dos años en el que podrá ser disputada en el tribunal constitucional del país; explicó Nurwidiastomi, quien quitó crédito al proceso por los vínculos entre la corte y el Gobierno, cree que de igual forma la reforma será implementada.
No solo los ciudadanos de Indonesia están sujetos a la reforma
Los cambios que generará la reforma penal de Indonesia, afectarán tanto a la población como a los extranjeros residentes, incluyendo a los turistas que visiten el país. Masivas protestas se han generado en torno a la reforma, desde que se hizo mención por primera vez de ser aprobada en el 2019.
Esta misma estuvo paralizada por la gran cantidad de protestas que se realizaron, y desde el día de su aprobación decenas de personas manifiestan en su contra frente al Parlamento en Yakarta. Miembros de la ONG denunciaron que el contenido de la reforma es antidemocrático y busca suprimir las libertades. Actualmente se considera la reforma más extensa del código penal desde la independencia de Indonesia de Holanda en 1945.
Los detractores condenan la islamización del país, que había dado por culminado la etapa oscura de la dictadura de Suharto. La reforma determinó la apostasía como un crimen en el país por primera vez, y extienden las leyes la existentes contra la blasfemia, generando la persecución de quienes expresen opiniones públicas o realicen actos hostiles contra las religiones profesadas en el país.
De igual forma sanciona los insultos dirigidos al presidente y vicepresidente con un máximo de tres años de prisión, además de prohibir las protestas pacíficas sin permiso previo, con una pena de seis meses de cárcel.
Sin libertades se vive con la nueva reforma
El directo de Al Indonesia, Usman Hamid, afirmó en un comunicado que «Lo que estamos viviendo es un golpe significativo al progreso obtenido con mucho esfuerzo en preservar los derechos humanos y las libertades básicas en Indonesia a lo largo de más de 20 años».
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Por su parte Andreas Harsono, portavoz de Human Rights Watch en Indonesia, dijo a EFE «No nos dejemos engañar, la aprobación del código penal es el principio del desastre para los derechos humanos en Indonesia».